El estrés: ¿Cómo sentir menos estrés? ¿A quién debo pedir ayuda?

Publicado por: jeronimo

Es común escuchar estas expresiones: ¡estoy estresadísimo! ¡creo que los nervios me van a estallar! O bien: ¡tengo un terrible dolor de cabeza a causa del estrés!

Según Matachana (2015), el estrés es un proceso que se origina cuando las demandas ambientales superan la capacidad adaptativa de un organismo. Esto puede dar lugar a cambios biológicos y psicológicos, que a su vez pueden ser causantes de enfermedad.

Sin embargo, el estrés es una respuesta natural de nuestro cuerpo para afrontar los distintos retos y situaciones de la vida, es decir, tener algo de estrés es normal pero tener demasiado se vuelve perjudicial.

Como mencioné antes, el estrés nos ayuda a superar situaciones difíciles, pero se puede convertir en un problema cuando aparece sin que el momento o situación lo amerite.  O bien, si surge cuando no hay un reto real sino está siendo imaginado por la persona, es entonces cuando surgen las consecuencias físicas y emocionales que no nos dejan vivir bien.

Es en este momento que debemos hacer algo para reducir nuestros niveles de estrés ya que pueden desencadenar reacciones negativas.  En el artículo: Impacto Psicológico. El estrés, causa, consecuencias y soluciones, Márquez (2013) menciona algunos síntomas tanto físicos como psicológicos del exceso de estrés.  Dentro de los físicos se encuentran la hipertensión, arritmia, hiperventilación, constantes resfriados, náuseas, diarreas y estreñimiento, acné, herpes, contracturas musculares, insomnio, dolor de cabeza, migrañas, entre otros.  La sintomatología psicológica se manifiesta con ansiedad, irritabilidad, pensamientos negativos, falta de motivación, dificultades en la concentración, conductas impulsivas, muestras sociales de hostilidad, aumento en el consumo de sustancias estimulantes y tranquilizantes, dieta poco equilibrada, disminución del rendimiento en labores y tareas.

Todo lo anterior influye enormemente en la calidad de vida de las personas.   La sociedad en la que vivimos, con sus constantes cambios y la multitarea se convierte en uno de los factores que desencadenan mayor cantidad de estrés.  

Nos podemos dar cuenta del incremento de nuestros niveles de estrés si sentimos uno o varios de los síntomas mencionados anteriormente, además, cuando percibimos mucha tensión física y malestar emocional.

Para comenzar a experimentar cambios positivos podemos tomar en cuenta estos consejos:

En un inicio, tratar de detectar las situaciones que nos están causando el incremento del nivel de estrés y fijarnos bien cómo estamos reaccionando.  Para esto puede ser de gran ayuda el apoyo de profesionales como médicos y psicólogos. Ellos nos ayudarán a trabajar en algunas de estas alternativas:

  • Llevar una vida saludable que incluye el ejercicio y una buena alimentación.  Se puede descargar la tensión física por medio de la práctica regular de algún deporte.
  • Es probable que tengamos que llevar a cabo algún tratamiento médico para disminuir malestares estomacales, musculares o de la piel.
  • Tener espacios de reflexión para logar una buena respiración y relajación.
  • Buscar y contar con apoyos emocionales por parte de familiares y amigos.
  • Involucrarnos en alguna actividad que para nosotros puede resultar relajante como por ejemplo escuchar música, leer, pasear, cocinar, tejer entre otras.
  • Aprender, por medio de la ayuda terapéutica a afrontar de forma adecuada las situaciones de la vida, a manejar herramientas que produzcan cambios internos en nuestra manera de pensar y actuar.

Los psicólogos cuentan con herramientas de evaluación que pueden dar respuesta a preguntas como: ¿qué es lo que me está causando más estrés?, ¿cuáles son, de manera específica, los síntomas con los que mi cuerpo está reaccionando?, ¿a quién más, aparte de mi persona, está afectando el mantener niveles de estrés tan elevados?

Una vez logramos este autoconocimiento estaremos preparados para recibir la ayuda necesaria que incluirá cambios de conductas, aprender a tolerar situaciones que pueden ser agobiantes o frustrantes, manejo y organización adecuada del tiempo, brindar respuestas asertivas y sanas ante conflictos, manejo adecuado de las emociones, entre otros.

Hay que recordar que todo lo que transmitimos en nuestro exterior es el reflejo de muchas situaciones, sentimientos y emociones que están dentro de nosotros.

 

Fuente:

Matachana, M. (2015). CEO Promoción de la salud y apoyo psicológico al paciente. Editorial McGraw Hill.

Márquez, J. (2013). Impacto Psicológico. El estrés, causa, consecuencias y soluciones. España.

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