8 consejos para que los niños y adolescentes estudien bien en casa

Publicado por: jeronimo

Ante la situación de la COVID-19, la rutina cambió drásticamente para toda la familia en los aspectos de la vida diaria. El mayor reto es el estudio dirigido.

Independientemente de la edad es importante que como familia se tomen un tiempo para platicar sobre los cambios y explicar que se aplicarán nuevas prácticas en relación con las tareas, ya que ahora serán más extensas, así como tiempos de descanso y ocio, pues la estructura mental que existía era “en el colegio trabajamos y en la casa nos relajamos la mayor parte del tiempo”.

Es necesario que se eviten comentarios negativos sobre la institución educativa y reclamos o muestras de rechazo de las actividades que se tienen que hacer, pues esto se interioriza y limita la motivación por el estudio.

Tome en cuenta que ante todo cambio debe de haber un tiempo prudente de reajuste. Sin embargo, esto da una oportunidad de practicar la flexibilidad mental y la capacidad de adaptación. Ambos son predictores de éxito, ya que lo único seguro en la vida son los cambios. Mientras más rápido se interioricen las nuevas rutinas, más fácil será el estudio en casa. 

Algunos consejos para promover un buen ambiente de estudio son:

1. Crear un clima adecuado. Para esto es vital seguir con la rutina de higiene personal y no estar en pijama todo el día para que el cerebro no se confunda y crea que estamos descansando.

2. Establecer un horario, idealmente entre padres e hijos. En el caso de los adolescentes, ellos pueden plantear su horario y el adulto solo verificar que exista equilibrio entre las actividades académicas y las recreativas. El horario debe de incluir tiempos de descanso.

3. Asignar lugares de trabajo fijos, en donde puedan encontrar fácilmente los materiales de trabajo, para evitar distracciones.

4. Mantener orden externo (materiales, lugar de trabajo y horario) para tener un orden interno y favorecer mentalmente al aprendizaje, al poder concentrarse en la tarea que toca hacer.

5. Si la institución educativa está enviando actividades por día, pueden revisar todas en la mañana y organizarlas siguiendo diferentes criterios:

  • De la más corta a la más extensa: al ver muchas tareas cortas el cerebro se tiende a abrumar, porque pareciera que se va emplear mucho tiempo, pero mientras más rápido se terminan este sentimiento también disminuye.
  • De la más compleja a la más sencilla: esto ayuda a que se esté más alerta, lo que permite terminar más rápido y con menos esfuerzo. 
  • La materia/actividad menos agradable/entretenida a la más agradable: esto ayuda a mantener la motivación por realizar lo que se disfruta. 
  • En el caso de los niños pequeños, pueden alternarse actividades de papel y lápiz con actividades prácticas, si se estuvieran enviando.

Si se estuvieran enviando actividades semanales, lo primero que debe de hacerse el lunes es revisarlas y dosificarlas para la semana. Esto ayuda a tener un panorama general y evitar la sensación de que hay mucho por hacer o pasar por alto alguna actividad.

6. Cada vez que acaben una actividad es importante guardar todo el material para pasar a la siguiente. Evite acumular todo lo realizado en un solo lugar, ya que este “desorden” puede ser causante de distracción.

7. Permítale a su hijo realizar las actividades que pueda hacer de forma independiente. De esta manera, solo supervise su trabajo y evite brindar más ayuda de la que realmente necesita. Recuerde que en la institución educativa, la atención de la maestra está dividida.

8. Sobre todo, traten de mantener una comunicación fluida. Cada día o al final de la semana, evalúen qué cosas les funcionaron y que cosas no salieron como esperaban y traten de encontrar las causas para mejorar.

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