JOHN HENRY NEWMAN Y LA UNIVERSIDAD
John Henry Newman and the University
que su pensamiento permanece válido: entender la educación, no como acopio de información, sino como asimilación de conocimiento y en último término, de sabiduría; y el intento de relacionar en la educación los ámbitos secular y religioso, de modo que no se confundan ni se ignoren mutuamente.
Señalamos algo más sobre algunos temas importantes de la Idea.
- a. La Universidad es el lugar del conocimiento universal
En los cuatro primeros Discursos, Newman deja claro que la Universidad es el lugar de todos los saberes: si faltara uno, ya no sería una Universidad porque estaría excluyendo a ese saber y a los estudiantes que quisieran cultivarlo. Una estudiosa de nuestro autor afirma:
“Newman no era, ni nunca quiso ser, un mero especialista. Demasiado libre y creativo para soportar las restricciones y definidas fronteras de una especialidad, se entregaba al estudio con seriedad y con miras amplias, universales”44.
James Anthony Froude, hermano de Hurrell, recordaba así los años de Newman en Oxford:
“El espíritu de Newman era universal. Se interesaba por todo lo que sucedía en el mundo de la ciencia, de la política, de la literatura. Nada era demasiado amplio para él ni nada demasiado trivial si arrojaba luz sobre la cuestión principal: qué es realmente el hombre y cuál es su destino… Podía admirar entusiásticamente cualquier grandeza de acción y de carácter, por muy remoto que estuviera su ámbito del suyo”45.
Efectivamente, en Oxford se interesó por todo: música, lógica, filosofía natural, matemáticas, teología; también estudió manuales de química, realizó algunos experimentos y fue a conferencias sobre geología, una disciplina novedosa en aquel momento46. En la Idea habla siempre con conocimiento y respeto de las ciencias experimentales, sólo se opone al uso indebido que se hace de ellas como arma contra la religión, como deja ver en la Lección V47, o a que se extralimiten queriendo imponer su método a la teología, como explica por ejemplo en el Discurso IX48.
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44 De Cassagne, Inés. Origen, desarrollo y carácter de la Universisdad según el cardenal John Henry Newman. Valores, n. 32, 1995, p. 22.
45Froude, James Anthony. “The Oxford Counter-Reformation”, en Short Studies on Great Subjects, Vol. V. London-New York, Longmans, Green and Co. 1907, p. 201.
46Cfr. Shrimpton, Paul. The ‘Making of Men’. The Idea and reality of Newman’s University in Oxford and Dublin. Leominster, Gracewing. 2014, p. 7.
47Cfr. Newman, John Henry. La idea de la Universidad. II. Temas universitarios tratados en Lecciones y Ensayos ocasionales. Madrid, Encuentro. 2014, Lección V, 3, p. 172.
48Cfr. Newman, John Henry. Discursos sobre… Op. Cit. Discurso IX, 4, p. 224.
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María Ángeles Chesa Pascual
- b. El fin de la Universidad es la cultura intelectual, que se logra en gran medida por medio del diálogo entre estudiantes y con los profesores
Newman considera que en una Universidad es clave el ambiente y el trato mutuo que se genera. Así lo expresa en la Idea, sobre todo en el Discurso VI, epígrafe noveno, de donde son los siguientes textos:
“Cuando una multitud de hombres jóvenes, agudos, generosos, alegres y cumplidores, como suelen ser los jóvenes, se ven juntos y entran en libre contacto unos con otros, aprenderán, sin duda, recíprocamente, incluso aunque nadie les enseñara. La conversación de todos es para cada uno como una serie de lecciones, en las que adquiere nuevas ideas y puntos de vista, fresco material de pensamiento, y principios precisos para juzgar y actuar día a día”49.
“Afirmo únicamente que la joven comunidad formará un todo, encarnará una idea específica, representará una doctrina, administrará un código de conducta, y suministrará principios de pensamiento y acción. Dará nacimiento a una enseñanza viva que, con el tiempo, tomará la forma de una tradición que se autoperpetúa, o de un genius loci, como a veces se le llama. Se trata de un espíritu que habita la casa donde nació, y que imbuye e informa en mayor o menor grado, y uno por uno, a todo individuo que es acogido bajo sus alas”50.
En ese famoso Discurso, como también en el Discurso V, Newman insiste en que una enseñanza genuina tiende al cultivo del intelecto, que se logra por la convivencia con otros estudiantes y profesores, siempre que haya afinidades recíprocas y contacto anímico51.
De hecho, bastantes enseñanzas que Newman recibió en Oxford no se debieron tanto a la asistencia a clases sino a las conversaciones y encuentros con sus maestros u otros Fellows. Esa interrelación personal es importante para él porque lo es para la educación liberal. Sobre esto último, Torralba afirma que “el objetivo de la educación liberal es que los estudiantes capten el principio en el maestro. Principio significa aquí saber cómo usar la información adquirida, es decir, poder situarla en el conjunto y, también, entender cuál es su finalidad” 52.
Newman afirma en diferentes momentos que una persona bien formada sabe “qué sabe y qué no sabe”, y él mismo lo tiene claro: sabe qué sabe, qué no sabe, y a quién debe lo que sabe. En su caso, casi siempre debe sus ideas a la lectura de un libro, a las luces que le aportó la conversación con alguien y a su propio desarrollo posterior.
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49 Newman, John Henry. Discursos sobre… Op. Cit. Discurso VI, 9, pp. 160-161.
50Newman, John Henry. Discursos sobre… Op. Cit. Discurso VI, 9, p. 161.
51Cfr. Newman, John Henry. Discursos sobre… Op. Cit. Discurso VI, 9, p. 161 y Discurso VI, 10, pp. 162-163.
52Torralba, José María. “Formación humanística en la Universidad”, en Escribir en las almas. Estudios en honor de Rafael Alvira. Pamplona, EUNSA. 2014, p. 934.
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