Labor pública y privada: Estudiar para liderar a abogados
Como estudiante de Derecho, el Lic. Carlos Camey recorría los pasillos de la Universidad del Istmo (UNIS) con un sinfín de planes profesionales en su cabeza. A pesar de las alternativas, el joven había fijado un solo objetivo: caminar, como el líder de un equipo de abogados, por los corredores de una institución pública o una compañía privada. Hoy, tras haber cursado una maestría en la Universidad de St. Thomas (Minnesota, Estados Unidos), cumplió la meta que trazó antes de graduarse en 2014.
El Lic. Camey es el director del Departamento de Derecho Corporativo en el bufete Grupo de Abogados, un emprendimiento que lanzó junto a sus socios. La firma se dedica a tres áreas: el derecho corporativo y societario, el litigio comercial y el derecho inmobiliario. Así comenta sobre su trabajo: “Algunos de nuestros clientes son McDonald’s y Grupo Majadas. Nos diferenciamos de los demás bufetes porque ofrecemos asesoría en cumplimiento de normas legales para proyectos de construcción (gestión de permisos y licencias), algo de lo que yo aprendí mucho durante mis años en la Municipalidad de Guatemala”.
Como jurista experimentado en entidades públicas y privadas, el Lic. Camey cuenta que una de las mayores ventajas que brinda la UNIS es ese enfoque doble del plan de estudios. Para él, se trata de un valor único que pocas universidades poseen. “La UNIS ofrece un programa distinto, busca verdaderamente involucrar al alumno en las distintas áreas de la profesión. Aprendí de muchísimas instituciones públicas (no solo una) y mi primer trabajo fue en un bufete privado, gracias a mis prácticas”, dice.
Además de las oportunidades que le abrió el pénsum, este letrado resalta otro tesoro que le dejó su estadía en la UNIS: la formación de habilidades directivas y aptitudes gerenciales. Así lo explica: “Me quitaron el miedo a emprender. No solo estudiaba para ser abogado, sino para dirigir a abogados. La primera vez que viví eso fue en mi primer trabajo en Novales Abogados. Confiaron tanto en mí que empecé a ver litigio comercial y derecho corporativo, y aprendí sobre la parte gerencial del derecho, presentar resultados y medir desempeños. Hoy lo hago en mi firma”.
El Lic. Camey asegura que un abogado de altura debe poseer dos cualidades fundamentales: la constancia y la minuciosidad. A su criterio, la diferencia entre “un trabajo de 100 y 0 puntos” radica en nunca descuidar los detalles. “Un estudiante debe atender a todas las clases sin importar si está cansado. En esos momentos es cuando su carácter se distingue. Le permitirá realizar trabajos de mejor calidad, que al final se traducirán en mejores puestos de trabajo. Ese sería mi consejo para los alumnos”, comenta el Lic. Camey.
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