Arbitraje para pequeñas y medianas empresas

Comprender la inclusión de las pequeñas y medianas empresas en la economía, conlleva al reconocimiento del rol tan elemental que juegan en la actualidad. Requiere remontarse a sus orígenes, los cuales no datan de muchos años atrás. El punto de partida es la emblemática crisis fordista, la cual abrió la brecha al interés internacional hacia las pequeñas y medianas empresas.   Es indiscutible la relación estrecha que existe entre el crecimiento económico de un país y la certeza jurídica, puesto que la preexistencia de esta última puede catalogarse como un elemento esencial que impulsa la inversión. Partiendo de la afirmación previa, cabe señalar que la ausencia de una justicia pronta y cumplida no es más que la materialización de obstáculos para el desarrollo de un país, en especial al colocar en dicho escenario a los pequeños y medianos empresarios, quienes ante el mismo tenderán a operar de forma arcaica, cuyo único resultado es la retrotracción de la inversión.   Ante escenarios como el previamente descrito es que el arbitraje es un coadyuvante de la justicia ordinaria legitimado por la jurisdicción estatal, el cual tiene como primordial pretensión el complementarla, resultando ser no solamente una alternativa a la desjudicialización, sino también una institución que permite una práctica mucho más expedita, lo cual contribuye directamente a eliminar barreras de accesibilidad en cuanto justicia pronta y cumplida se refiere.