Noé Sicán: chef y emprendedor de nuevo concepto gastronómico

Publicado por: Isabella Elizondo

“Creer en tu idea y concepto te ayuda a enfrentar los momentos difíciles”, comparte el chef Noé Sicán, egresado del Instituto Femenino de Estudios Superiores (IFES). Quien hace cinco meses embarcó una nueva aventura: abrir un restaurante con sus amigos.

Sin embargo, esta odisea inició 13 años atrás. El chef Noé comenzó en el restaurante Panza Verde: “aprendí mucho, en especial a valorar mi trabajo y ser un buen líder”. Esto le dio la oportunidad de participar como sous chef y ganar el Galardón Tenedor de Oro en 2008, codiciado premio que celebra la mejor gastronomía de Guatemala. Actualmente, Noé, comparte sus conocimientos con los estudiantes de la UNIS, donde imparte el curso de Producción de Alimentos a Gran Escala en la Licenciatura en Negocios Gastronómicos.

Además, viajar al extranjero fue clave para obtener las herramientas que necesitó para ser autor de un menú con ingredientes de temporada. “La experiencia más importante fue Bolivia en el Restaurante Gustu”, explica, ahí fue donde conoció cómo cocinar con productos locales y aplicar la creatividad como el ingrediente principal para crear un concepto que siempre está en constante crecimiento.

Cada una de estas experiencias le dio vida a Rosanta, restaurante que se enfoca en utilizar ingredientes frescos del jardín, el cual está ubicado en 1a Calle Oriente 15, Antigua Guatemala, Sacatepéquez. La esencia de los platillos que crea consiste en un estilo de cocina clásica y creativa. “Siempre investigo cómo hacer platos diferentes y darles mi toque: una sazón dulce”. La fruta como ingrediente principal es como consigue darle un sabor único a sus creaciones.

Otro aspecto que hace destacar a Rosanta es la importancia que se le presenta al ingrediente. “De pequeño cultivaba frutas con mis papás y esto es lo que me hace tenerle respeto al producto de la tierra”. Desde el cultivo hasta la cosecha, Noé cuida cada detalle de su cocina.

Emprender ha sido un reto, pero asegura que es un riesgo que vale la pena correr.  “Cada día hay momentos de satisfacción y orgullo que te hacen seguir creyendo en tu idea y concepto”, concluye.

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