“Y mi hijo volvió a sonreír”. Así concluye la Facultad de Humanidades los diplomados en Estimulación Temprana e Integración e Inclusión Escolar dirigido a personas que atienden niños con Síndrome de Down y otras Necesidades Educativas Especiales.

Publicado por: Carmen Maldonado Valle

Diego tiene cuatro años, tiene un diagnóstico de Síndrome de Down con comorbilidad alta, así que varias enfermedades lo acompañan a diario. A causa de un mal diagnóstico, un día dejó de mover los brazos, balbucear y reír, pero ahora, gracias a la formación continua que ofrece la Facultad de Humanidades (FHUM) de la Universidad del Istmo (UNIS), recuperó estas habilidades y adquirió muchas más.

Diego es epiléptico y esta condición se controló durante sus primeros años de vida. Sin embargo, un día su mamá, Sara Sánchez, comenzó a notar cómo sus espasmos se convertían en movimientos de cabeza muy fuertes. Lo llevó con el médico y este dijo que era normal, pero le recetó un fármaco para controlar el síntoma.

De pronto, el niño dejó de sonreír y ya ni siquiera tenía energía para acudir a sus terapias y hacer lo que se le pedía. “Entré en una frustración terrible porque no sabía cómo ayudarlo. Como si fuera mensaje divino, un día vi el anuncio de un nuevo diplomado de la UNIS para atender a niños como mi hijo. Me inscribí y es la mejor decisión que he tomado”, cuenta Sara.

Para inscribirse, obtuvo un porcentaje de beca por parte de Promec,  quien patrocina las becas Misha Maegli, y cursó el Diplomado en estimulación temprana para niños son Síndrome de Down y otras necesidades educativas especiales, dirigido a padres, educadores, profesionales de la salud y tutores. Inició las clases en mayo de 2023 y culminó en febrero de 2024.

Para ella, “ver cómo mi hijo volvía a sentarse, a moverse para alcanzar un juguete y a avanzar, era un milagro. Los padres somos los primeros interesados en el bienestar de nuestros niños y el diplomado me dio herramientas para fomentar el desarrollo de Diego”.

En el diplomado se atendieron casos con distintos diagnósticos, como autismo, desintegración sensorial, Síndrome de Down, parálisis cerebral por mencionar algunos. 

“A medida que avanzaba el diplomado en estimulación temprana, presenciamos el progreso tangible de los niños, como sus primeros pasos, mayor autonomía en actividades diarias, mejoras en la comunicación y habilidades motrices.  Una niña de poco más de un año, con diagnóstico de Síndrome de Down comenzó a gatear y sentarse, en el caso de una niña con parálisis cerebral logró sostener su cabeza por más tiempo y tomar cosas por iniciativa propia”, cuenta la Licenciada Karoll Mogollón de Berríos, coordinadora de Profesorados, Licenciatura en Administración Educativa y Diplomados.

Sara llevaba a cabo prácticas presenciales los lunes y miércoles en la Clínica UNIS Misha Maegli junto a Diego.  Allí tenía la mentoría continua de sus profesoras para diseñar un plan adecuado para él. Además, cada martes recibía clases virtuales donde adquirió herramientas para mediar de manera objetiva y positiva. Recibió conceptos fundamentales para abordar su caso de manera efectiva, lo que le permitió ofrecer un acompañamiento exitoso, y todos estos conocimientos los replicó, no solo con el resto de su familia, sino también con los terapeutas de su hijo. 

Saber para servir

Sara no fue la única que llevó lo aprendido en la UNIS a más personas. Cely Pineda es educadora y trabaja en un colegio donde, además de buscar el progreso académico, el objetivo es fomentar la inclusión escolar. Ella tomó el Diplomado en integración e inclusión escolar para niños con Síndrome de Down y otras necesidades educativas especiales.

En la institución donde trabaja hay 110 menores de edad y 16 de ellos requieren adecuaciones curriculares, pues tienen dificultades de lenguaje, autismo o trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Gracias a los aprendizajes adquiridos, mejoró el cuidado hacia ellos, hay más estudiantes incluidos y se perfeccionaron los procesos de admisión.

Cely y la coordinadora del colegio cerraban el lugar y se desplazaban desde Villa Nueva hasta la zona 1 capitalina cada miércoles para recibir clases de 16:00 a 18:00 horas. “A partir de eso, mejoramos las entrevistas con los padres antes de admitir a los alumnos, porque supimos qué habilidades previas deben tener los estudiantes para que se desarrolle el proceso de aprendizaje. También obtuvimos estrategias para las adaptaciones del currículo”, cuenta.

En el colegio, además, se aumentaron recursos para capacitar al resto del personal. Este año Cely comenzó a notar cómo cada vez llegaban más niños referidos por otros centros educativos porque en ellos no había capacidades para atenderlos. 

Cely Pineda

Para ella, esto supuso darse cuenta de que, si se quería fomentar la inclusión escolar, los conocimientos debían llegar a más personas. Así es como empezó a formar a personal de otras escuelas y colegios para que ellos también puedan ser inclusivos.

Cely y Sara forman parte de la primera cohorte de estos diplomados. En julio de 2024 se repetirán e iniciarán las clases para la segunda promoción. Si tú también quieres cursarlos, puedes encontrar los requisitos, precios y datos de contacto en los enlaces disponibles en los nombres de cada diplomado en esta nota.

Si te inscribes, no debes pagar la matrícula y, en caso de requerirlo, puedes aplicar a distintas becas otorgadas por el fondo de becas Misha Maegli para acceder a esta formación.

×