Atender pacientes y ganar medallas olímpicas: una psicóloga fuera de serie
Su pasión por el ráquetbol nació en un graderío común, frente a un partido que cambiaría el rumbo de su vida. Su disciplina se desarrolló a lo largo de los años, mientras crecía bajo la guía de sus entrenadores y seres queridos. Nunca imaginó que sería una atleta que llenaría de orgullo a Guatemala y, mucho menos, que sería reconocida fuera de su tierra natal. Su nombre es María Reneé Rodríguez y, además de ser una egresada de Psicología Clínica de la Universidad del Istmo (UNIS), es medallista de plata de los Juegos Panamericanos de 2019.
Desde que obtuvo su título en 2018, Rodríguez ha emprendido un camino que todo deportista de alto rendimiento desearía experimentar. Sin abandonar sus entrenamientos olímpicos y como una psicóloga de altura, ha puesto sus habilidades profesionales al servicio de quienes las han necesitado. “En la primera mitad de este año, colaboré con mi facultad en la coordinación de la carrera de Psicología Clínica. Aprendí muchísimo y me encantó. Sin embargo, nunca abandoné los entrenos, porque ya venían los juegos y tenía que seguir mi preparación al máximo”, cuenta Rodríguez.
Para esta medallista, la UNIS ha sido el centro de formación que le ha permitido combinar lo que nunca puede faltar en su vida: el ráquetbol y la psicología. Asegura que la universidad le permitió comprender cómo un deportista mejora su rendimiento con una buena salud mental. Así lo cuenta: “Elegí la carrera porque quería mejorar mi rendimiento con la psicología del deporte, de la que estoy pensando sacar una maestría. En la UNIS me enseñaron a interiorizar cada concepto, como la motivación y las emociones, y eso me ha hecho mejor deportista”.
Lejos de obstaculizar sus sueños, Rodríguez afirma que la UNIS siempre la motivó a sobresalir y alzar la bandera guatemalteca en el ráquetbol. A su juicio, fue imposible elegir una mejor casa de estudios para convertirse en psicóloga. “Desde que entré, les conté que yo competía y que representaba a Guatemala. Nunca me pusieron un impedimento. Me ayudaban con el horario de mis clases y me dejaban reprogramar pacientes. Eso sí, siempre que estaba en el país iba a clases y hacía todas mis tareas”, comenta.
Como referente del deporte nacional, Rodríguez les recomienda dos acciones a los alumnos que continúan su educación universitaria: mover el cuerpo y destacar en lo que les apasiona. Así lo explica: “Intenten hacer ejercicio. Está comprobado que mejora el estado de ánimo, ayuda a socializar y regula el nivel de ansiedad. También recomiendo encontrar una pasión y desarrollarla para tener ese valor agregado en sus hojas de vida y en las entrevistas de trabajo”.
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