LA NECESIDAD DE DETERMINAR EL ADEUDO TRIBUTARIO COMO CONDICIÓN PARA EL PROCESO PENAL EN LA DEFENSA TRIBUTARIA

Resumen

En los últimos años la Administración Tributaria en Guatemala ha utilizado el proceso penal como un medio para aumentar la recaudación fiscal. Sin embargo, para que en los procesos penales se discuta la comisión del delito de defraudación tributaria, se requiere que la Administración Tributaria determine el adeudo tributario, también llamado obligación tributaria, en un procedimiento administrativo previo.

Conforme el Código Tributario de Guatemala, la Administración Tributaria es el único órgano competente para determinar la obligación tributaria. De no hacerlo, el juez penal debería tener un obstáculo en el desarrollo del proceso penal, pues para condenar a una persona por el delito de defraudación tributaria es necesario que exista un menoscabo en la recaudación impositiva. De no existir tal menoscabo, no concurren todos los elementos para condenar a una persona por tal delito.

El menoscabo no lo puede determinar el juez penal, por lo que se hace necesaria la determinación efectuada por la Administración Tributaria. En la práctica, la Administración Tributaria presenta denuncias penales sin haber determinado el adeudo tributario, amparándose en los artículos 70 y 90 del Código Tributario. Dichos artículos no eximen a la Administración Tributaria de determinar el adeudo, simplemente establecen que, ante indicios de la comisión de un delito, esta se abstendrá de aplicar alguna sanción.

Una vez presentada la denuncia, la Administración Tributaria presenta informes de auditoría al Ministerio Público con la supuesta determinación del adeudo tributario. Lo anterior constituye una violación a derechos constitucionales del contribuyente y a principios de poder público. Pues un informe de auditoría no sustituye el procedimiento idóneo para determinar la obligación tributaria, ignorando el debido proceso y el derecho de defensa del contribuyente. Al establecer la ley una vía para determinar la obligación tributaria, el ignorar dicho procedimiento implica una violación al principio de sujeción a la ley de los funcionarios públicos, pues estos pueden hacer únicamente lo que la ley les permite.

Abstract

In recent years the Tax Administration in Guatemala has used criminal prosecution as a tool to increase tax collection. However, for criminal procedures involving the crime of tax fraud the Tax Administration is required to determine the tax liability, also called tax obligation, in a previous administrative procedure.

According to the Guatemalan Tax Code, the Tax Administration is the only competent body to determine the tax liability. If it fails to do so, the criminal judge should have an obstacle in the development of the criminal procedure, since in order to convict someone for the crime of tax fraud it is necessary that there is an undermining in the tax collection. In the absence of such undermining, the elements for convicting someone for such a crime are not present.

The undermining cannot be determined by the criminal judge, so the determination made by the Tax Administration is necessary. Currently, the Tax Administration files criminal complaints without having determined the tax liability, based on articles 70 and 90 of the Tax Code. These provisions do not exempt the Tax Administration from determining the tax debt, they simply establish that, if there are signs that a crime has been committed, the Tax Administration will refrain from applying any penalty.

Once the complaint is filed, the Tax Administration submits an audit report to the Attorney General’s Office with the alleged determination of the tax liability. The foregoing represents a violation of the constitutional rights of the taxpayer and of the principles of public power. An audit report does not replace the appropriate proceeding to determine the tax liability, thus disregarding the due process and the taxpayer’s right to a defense. Since the law establishes a way to determine the tax liability, ignoring such procedure implies a violation of the principle of subjection to the law of public officials, given that they can only do what the law entitles them to do.

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