Crisis en la nube: la importancia de un plan de contingencia sólido para el manejo de riesgos tecnológicos
El director de Finanzas de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Alejandro Elizondo, ofrece su análisis sobre la reciente caída de Microsoft y sus implicaciones para el sector tecnológico.
La reciente interrupción de los sistemas informáticos provocada por una actualización defectuosa en el software de Crowdstrike, una empresa de ciberseguridad, ha tenido un impacto global significativo. Este problema afectó a grandes corporaciones que dependen del software de Crowdstrike, provocando que muchas computadoras no pudieran iniciar el sistema operativo. A este incidente se sumó una falla en los servidores centrales de Microsoft, que, aunque no fue un ataque de seguridad, generó importantes inconvenientes para empresas y clientes.
Los principales afectados han sido las aerolíneas, con más de 33,000 vuelos retrasados y más de 3,500 vuelos cancelados. Además, hospitales, medios de comunicación e instituciones bancarias también se vieron afectados. Las acciones de Crowdstrike han caído cerca de un 18%, mientras que las de Microsoft disminuyeron un 3.61%.
¿Qué podemos aprender de esta situación? La alta dependencia de los servicios en un solo proveedor plantea riesgos operativos importantes. Las empresas no solo enfrentan pérdidas económicas y costos adicionales, sino que también ven deteriorada su reputación y confianza entre los clientes, resultando en una mayor carga de trabajo para resolver las insatisfacciones.
Para mitigar estos riesgos en el futuro, es vital contar con un plan de contingencia sólido. Las empresas deben tener protocolos para mantener operaciones críticas durante interrupciones, y diversificar proveedores para asegurar alternativas para servicios esenciales como el almacenamiento en la nube. Este evento subraya la necesidad de contar con una estrategia robusta para el manejo de crisis en tecnología de la información, así como la importancia de reforzar las medidas de seguridad y proteger datos sensibles y de privacidad.
Para optimizar la operativa de las empresas y estar mejor preparadas para futuros desafíos, es esencial tener una estrategia sólida que incluya diversificación de proveedores, respaldos y recuperación de datos en ubicaciones seguras, y una evaluación sistemática de riesgos tecnológicos. Aprender de estas situaciones y ajustar nuestras estrategias será clave para fortalecer nuestras operaciones y adaptarnos a futuros retos tecnológicos.