Estudiantes hacen prácticas en Restaurante con 3 Estrellas Michellin
Ana Cristina Paniagua Gómez y Jackelin Anabella Cifuentes Arévalo, estudiantes de la Universidad del Istmo, realizan sus prácticas profesionales en Restaurante con 3 Estrellas Michellin. Ambas nos cuentan acerca de su experiencia.
ANA CRISTINA PANIAGUA GÓMEZ
Mi experiencia en el restaurante Martin Berasategui ha sido de crecimiento continuo, tanto intelectual y profesional, como personal. He tenido la oportunidad de estar en todas las áreas del restaurante, pero en donde he trabajado el mayor tiempo es en administración.
Es la primera vez que estoy por tanto tiempo en esta área y aquí he aprendido muchísimas cosas. Lo que más me ha gustado es la responsabilidad y confianza que han depositado en mí, el que me traten como miembro del equipo, con las mismas responsabilidades y obligaciones. He aprendido a delegar responsabilidades y actividades ya que yo también he tenido a mi cargo a otros practicantes.
Estar en un Restaurante con 3 Estrellas Michellin es muy demandante ya que siempre se debe estar a la altura del mismo. No hay lugar para el error, se debe trabajar bajo presión y hacer las cosas rápido pero bien. También estoy muy alegre y agradecida que aquí en el restaurante me estén dando la oportunidad de estudiar en el Basque Culinary Center un master que no solo me va a servir mientras estoy en el restaurante sino también para el resto de mi vida profesional.
Esta experiencia, junto con la de Disney College Program, han sido dos grandes oportunidades que he tenido gracias a la Universidad del Istmo quien ha sido el facilitador, sin embargo, estoy consciente que uno es el único responsable de sacarles el mayor provecho y hacer un excelente trabajo. En las prácticas internacionales uno crece como ser humano, conoce grandes personas de todas partes del mundo y expande sus horizontes.
JACKELIN ANABELLA CIFUENTES AREVALO
Al describir mi experiencia en un restaurante de tres estrellas Michellin, lo primero que viene a mi mente es el primer día de trabajo en la cocina, y alguien diciéndome que no me quede parada sin hacer nada. Las primeras semanas fueron un reto, trabajar quince horas al día, era algo a lo que no estaba acostumbrada, me sentía nerviosa. Vi muchas personas llegar e irse, pero pensé firmemente que yo no iba a ser una más de ellas, y empecé a ponerme a la altura de esta aventura. Antes de terminar el tiempo solicitado de práctica internacional, decidí extender la misma por 4 meses más y estoy muy feliz de haberlo hecho.
De las mejores cosas que me llevo es que mejore mi disciplina, el orden y la limpieza al trabajar la cual es lo más importante en un restaurante de este nivel, te vuelves demasiado responsable ya que desde el primer día tú eres encargado de varias tareas y no tienes a nadie detrás de ti diciéndote que las hagas, mejoras la forma en la que organizas el tiempo que tienes para terminar.
La mejor parte empieza cuando aprendes a trabajar rápido y bajo presión, pero siempre lo más perfecto posible, El tiempo que llevo acá he conocido grandes profesionales de los que he aprendido mucho y se han tomado el tiempo para enseñarme muchas cosas ya que ellos vieron de lo que era capaz y poco a poco me fui ganando toda su confianza. Con los 6 meses que llevo puedo decir que he aprendido el 90% de los platos que se elaboran en mi partida cosa que no todos llegan a tener la oportunidad por lo que estoy muy agradecida.
Gracias a esta oportunidad que tuve a través de la Universidad del Istmo, de ingresar a un Restaurante de tres estrellas Michelín, y del nivel de exigencia al que he estado sometida, me creo capaz de lograr lo que me proponga. Me siento satisfecho de poder trabajar en un restaurante como este no es para cualquiera.