Del graffiti a las galerías de arte.

En los noventa, el ambiente político en Guatemala era tenso, pero justo este contexto inspiró a un joven artista de 16 años a expresarse por medio del graffiti en las calles de la ciudad. “El arte urbano me encantó porque era una forma de poder decir lo que yo quisiera sin tener ninguna censura”, comenta Mod Cárdenas, artista. 

Pese a que la mayor parte de su juventud la vivió luego que terminara el conflicto armado, la cultura de limitar la libertad de expresión era latente. Por ello, el arte urbano se convirtió en el único medio que Mod tenía para decirle al mundo lo que sentía sin hablar. “No era yo, sino la obra quien hablaba”. 

Sin embargo, este estilo solo fue el comienzo, poco a poco hizo una transición a las bellas artes. “Empecé a evolucionar en la investigación artística, muy de la mano con mi trabajo creativo”, explica Cárdenas. Poco a poco, sus obras comenzaron a cambiar de enfoque y a reflejar la cultura guatemalteca y la naturaleza. “El azul predomina en mis pinturas. Llevo 15 años estudiando el color, porque es una paleta que me cautiva, ya que está presente en la naturaleza”. Este estudio se ve reflejado en su obra «El encuentro”.

Otro aspecto que hace único su arte es su perspectiva como psicólogo clínico. “Me encanta entender la conducta humana, combinar esto con mi trabajo de investigación artística es clave para mí”. Además, disfruta explorar distintas ramas como el collage, dadaísmo, abstracción y geometría.“Mi trabajo refleja un diálogo con diferentes épocas y artistas; además, está enmarcado en el arte contemporáneo”.

Los cuadros abstractos expuestos en las Salas Temporales del Museo UNIS Rozas-Botrán (MURB) reflejan su dedicación y pasión por crear arte innovador. “Son obras 100% digitales y representan un diálogo de conexión entre diferentes mundos, ya que solo existen en el mundo digital, pero solo son visibles en el mundo real”, explica.

Sin embargo, esto representó un reto para el artista. “Pasé 4 meses aprendiendo a codificar y tuve apoyo de expertos de otros países”. Pero, asegura que toda su investigación valió la pena, porque logró crear una escultura que está al alcance de todos y que puede ser apreciada y analizada en cualquier parte del mundo. “Es una manera de democratizar el arte. Quiero que las personas puedan tenerla en sus casas”.