Lcda. Nancy Cabrera: “Un niño que sabe jugar puede volar”

Publicado por: jeronimo

La Lcda. Nancy Cabrera estudió una Licenciatura en Psicopedagogía Clínica y un Baccalauretus Scientiis en Psicología General en la Universidad del Istmo de Guatemala. A lo largo de su carrera profesional le interesaron diversos temas relacionados con el desarrollo cognitivo, emocional y social en niños y adolescentes, por lo que en varias ocasiones tomó diplomados, conferencias y capacitaciones relacionadas con el tema. Estos le dieron conocimientos de diversas técnicas terapéuticas que le ayudaron a trabajar con sus pacientes dentro de la Clínica de Atención Psicopedagógica y Psicológica de la Universidad del Istmo. “Actualmente trabajo como terapeuta en la clínica ABA Guatemala, la cual brinda atención a niños dentro del Espectro Autista y otros Trastornos del Desarrollo, usando el método ABA (Applied Behavior Analysis)”, comenta. 

La Lcda. Cabrera nunca imaginó trabajar con niños dentro del espectro autista. No fue hasta que otra alumni UNIS, la Lcda. Andrea Casasola, la invitó a participar como voluntaria en el curso de vacaciones de la clínica ABA Guatemala que su vida cambió. “En tan solo dos semanas me enamoré de la manera en la que ellas trabajan con sus niños”, asegura. A las pocas semanas de este curso recibió una oferta de trabajo como maestra sombra, un trabajo del que aprendió mucho. “Con el pasar de los meses comencé a observar cómo daban terapia en ABA Guatemala y trataba de aprender más sobre este maravilloso método de trabajo terapéutico”, explica. Pronto, la Lcda. Cabrera comenzó a  dar terapias formales a niños de diferentes edades. Comenta que actualmente disfruta mucho de dar “play skills” a los niños con dificultades en las habilidades sociales. Con esto puede enseñarles y guiarlos a jugar apropiadamente. “Por medio de un acompañamiento terapéutico apropiado en las play skills, un niño con autismo u otras necesidades aprende a jugar con otros niños y de manera independiente. Las play skills ayudan a crear relaciones sociales, expandir el lenguaje y aprender de una manera diferente y divertida. Un niño que sabe jugar puede volar”, concluye. 

Sobre su paso por la universidad, la Lcda. Cabrera recuerda que fue una bonita experiencia en la que hizo buenas amistades que ahora son colegas. “Aprendí de excelentes profesionales que en todo momento recalcaban la importancia de saber que trabajamos con personas, no con robots. Algo por lo que estoy eternamente agradecida con la UNIS es que en todo momento recalcaron la importancia de la ética como persona y como profesional”, explica. Para ella, las prácticas son una excelente manera de  aprender cómo trabajar con pacientes, padres de familia, maestros y centros educativos, algo que siempre ayuda a la hora de comenzar la vida profesional. Explica que su prioridad siempre ha sido la educación y salud mental de los niños, para lo que ve indispensable el tacto y la empatía. “Elegí la carrera de psicopedagogía clínica porque creo que un buen acompañamiento terapéutico con niños que presentan necesidades educativas especiales puede impactar en gran manera la vida del niño y su familia. Es un privilegio vivir esos grandes logros con cada niño”, nos dice. 

Finalmente, la Lcda. Cabrera cuenta que, además de estudiar y actualizarse continuamente, lo más importante que ha aprendido en su trayectoria es a hacer todo con amor a los demás, a su trabajo y a Dios. “Y sobre todo saber que nuestros mejores maestros de vida son esos chiquitos, esos superhéroes que nos enseñan día a día a dar lo mejor de nosotros y recordarnos que con un par de risas y mucha imaginación podemos poner nuestro granito de arena en la vida de los que nos rodean”, concluye. 

 

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