Saber para servir: psicopedagoga UNIS al servicio de los niños
Desde sus años en la secundaria, la Lcda. Paola Orellana sabía que quería ser psicopedagoga con la ilusión de ayudar a los niños en su proceso de aprendizaje. “Me llamaba la atención la parte de trabajar directamente con los niños, el saber que podía ser una persona que iba a influir de forma positiva en la vida de ellos, incluso a mejorar su rendimiento académico”, menciona. Hoy en día, la Lcda. Orellana es egresada de la Licenciatura en Psicopedagogía Clínica y logró cumplir su propósito.
Desde que comenzó a estudiar en la Universidad del Istmo (UNIS) tuvo la oportunidad de aplicar la teoría en la práctica en la Clínica UNIS. “Me gustó muchísimo la parte clínica, desde el primer semestre atendí casos. Tenía que conocer a mis pacientes en todos sus ámbitos, evaluarlos, determinar un perfil, conocerlos y en función de eso, intervenir para ayudarlos a superar sus retos”, explica. Resalta que esto fue posible gracias a la preparación académica que le brindó la UNIS, en especial por los catedráticos que le enseñaron las herramientas para ejercer su profesión y la seguían motivando a ponerlas en práctica.
Uno de los conocimientos que la Lcda. Orellana remarca durante sus años de estudio son las evaluaciones psicométricas que le permitieron identificar fortalezas y debilidades de los niños que atendió. “Logré aplicar pruebas psicológicas, neurológicas, de inteligencia, de aprendizaje y proyectivas, en total fueron alrededor de 40 pruebas las que apliqué en la atención de mis pacientes en la Clínica UNIS”.
Su propósito de generar un impacto positivo para aportar a un mundo mejor llegó cuando obtuvo la oportunidad de trabajar en la Sociedad Protectora del Niño en orientación psicopedagógica. “Cuando comencé en esta entidad, evalué con pruebas psicométricas para saber cómo estaban los niños con el fin de detectar sus fortalezas y, en función de ello, crear una estrategia de mejora para llevar a cabo una intervención grupal en las áreas de aprendizaje”, menciona. Esto le ha permitido orientar a las directoras técnicas para brindar una mejor atención a los pequeños, así como preparar y dar la capacitación a las maestras y niñeras.
Sin duda alguna, la Lcda. Orellana vive el “Saber para servir” en su trabajo del día a día, en el cual tiene la oportunidad de ayudar a niños guatemaltecos a superar sus retos. “Sé que puedo aportarles en su formación y crecimiento y al mismo tiempo a sus familias. De verdad este trabajo es muy gratificante”, concluye.