Una noción de alexitimia y su relación con la depresión

Publicado por: Sergio Santos
Sergio Santos, alumno de Psicología Clínica, Facultad de Humanidades.

Al hablar de esta noción es necesario recurrir al tiempo de su especulación y el impacto que causó al ser publicado, debido a que en ese momento aún no convencía en su totalidad a la comunidad científica. Esto correspondía a la representación y la validez que conlleva; Sifneos[1] fue el encargado de introducir el término, más no de crear el concepto ya que se encontraba muy persistente en la época y con diversas características que lo conformaban, pese a no concretarse en una palabra hasta ese momento.

Sin embargo, antes de adentrarse a la correlación y ampliar en su observación clínica es importante la aclaración de términos: alexitimia deriva del griego, con el prefijo «a» -carencia o sin-, «lexis» -palabra- y «thimos» -afecto- (Arancibia & Behar, 2015). Por lo que, la alexitimia hace referencia a la incapacidad o dificultad para describir e identificar sentimientos, al igual que el discernimiento entre los sentimientos y las sensaciones corporales que causan activación emocional esto conlleva a una considerable reducción del pensamiento simbólico. Lo anterior descrito supone una deficiencia en la cognición, donde se rige principalmente concreto y externo, evitando la introspección y desligándose del contenido afectivo.

Se ha descubierto sobre un componente biológico que derivó a determinar tipos de alexitimia, siendo el primario ocasionado por un desarrollo comprometido en la estructura neuroanatómica que disminuyen o anulan la comunicación entre el neocórtex y el sistema límbico (Arancibia & Behar, 2015). Y el secundario se atribuye a un evento categorizado como traumático independientemente de la etapa de desarrollo en la que se encuentre la persona, el impacto es altamente dañino si no es regulado o tratado con las herramientas apropiadas. De igual manera, se encuentra ligada a la sintomatología de diversos trastornos mentales como el estrés postraumático, depresión, dependencia a sustancias y los trastornos de la conducta alimentaria.

Asimismo, se requiere indagar en el foco cognitivo donde disminuye la capacidad de identificar la emoción, por ende, no llega a ser verbalizada. Mientras que la predominancia en la dimensión afectiva refiere al nivel de activación emocional, lo cual determina la experiencia subjetiva de las emociones y la respuesta parece ser indiferente ante el estímulo presentado (Fernández-Montalvo & Yárnoz, 1994). En otras palabras, las personas que lo padecen no disfrutan o sufren, realizando énfasis en que es de manera generalizada y no situacional o que es consecuencia de un momento específico, como un acontecimiento de alto impacto –shock- por ejemplo. Siendo en vía receptora y emisora, ya que tampoco logran identificar las emociones en otras personas.

Además, estas personas padecen consecuencias de desregulación emocional y reacción desmedida en las emociones, ya que al anular la claridad de sus emociones tampoco son capaces de preparar la respuesta adaptativa y congruente a la emoción. Al mismo tiempo, carecen de empatía e imaginación lo que los coloca en un grupo distanciado de la sociedad o dependientes del actuar de un compañero o familiar cercano, con la finalidad de intentar gestionar su emoción, aunque se actúe con la necesidad de dar una respuesta hacia los demás y no para sí mismo.

Para detectarla se encuentran instrumentos psicométricos como la Escala de Alexitimia de Toronto (TAS-20), siendo autoaplicable, compuesta por una respuesta tipo Likert consta de 20 preguntas en las que distribuye tres subescalas para determinar el grado de alexitimia: el déficit del lenguaje emocional, pensamiento operatorio y la dificultad para identificar sentimientos. Y por otra parte, el Cuestionario de Alexitimia de Bermond-Vorst (BVAQ) siendo autoaplicable y consta de 40 ítems distribuyendo los resultados en 5 subescalas: fantasía, identificación, verbalización, análisis y emocionalidad (Sánchez, 1996).

El pensamiento operatorio parte de la investigación con respecto a los pacientes psicosomáticos y cuenta con características similares con la alexitimia. El pensamiento operatorio está centralizado en el presente, baja capacidad fantasmática, relatan los acontecimientos como hechos aislados, por lo que evidencia desorganizaciones a nivel global y limitada en el ahora. Además, suele implicar una verbalización directa y es observable la dificultad para la dialéctica por la incapacidad de comprender conceptos abstractos (M’Uzan, 1974).

Con respecto a la alexitimia y su relación con la depresión ha sido comprendida como una conceptualización dimensional donde factores extrínsecos influyen en gran medida en su prevención, prevalencia y también pronóstico. Teniendo en consideración que no es netamente una enfermedad endógena como solía creerse. Con relación en Guatemala se ha presentado un incremento abrupto donde estadísticas del año 2015 indican un incremento del 40% de los trastornos mentales, en los que destacan como principales la ansiedad y depresión (Arreaga, y otros, 2017).

Dentro de la sintomatología de la depresión se observa una persistencia y una fuerte carga emocional, aunque en su mayoría el desánimo, melancolía, sentimientos de vacío, entre otras. El estar constantemente bajo estos síntomas desencadena un sinfín de alteraciones y subyace también la alexitimia, tienen como componente similar la naturaleza afectiva (Martínez & Montero, 2002). En estudios realizados se determina que detrás de una alexitimia, en su mayoría, se encuentra una depresión. Sin embargo, este síntoma se dificulta identificarlo por la centralización en el diagnóstico principal como lo es un trastorno del estado de ánimo.

Además, no quiere decir que exista una relación directamente proporcional entre el Trastorno Depresivo Mayor (TDM) y la presencia de alexitimia. No obstante, en fases agudas de depresión o quienes se encuentran padeciendo de una comorbilidad con un trastorno de ansiedad o de un trastorno alimenticio sí es importante recalcar que es necesario descartar este síntoma, ya que el encuadre clínico permitirá también trazar la intervención apropiada considerando las técnicas y herramientas adecuadas según corresponda cada caso.

La Organización Mundial de la Salud, menciona que la principal causa de discapacidad es la depresión, lo cual es un indicador alarmante para la rotulación de la alexitimia y que al tener una de estas dos se genere deterioro significativo en la asertividad. Además, brinda un panorama donde se requiere de más estudios longitudinales que permitan determinar también la relación de la alexitimia secundaria como un estado de modulación con referencia a la angustia al afrontar una depresión, o bien una defensa para canalizarlo.

Pese a que la alexitimia no se encuentra reconocido en el DSM-V[2], en el CIE-11[3] o en la GLADP[4]; se espera a un avance en las investigaciones para también aclarar más factores de riesgo y consecuencias a largo plazo (Posse, Hällström, & & Backenroth-Ohsako, 2004). Que este síntoma pase desapercibido provocará una falta de compromiso y un tratamiento más paulatino donde el profesional corre con la posibilidad de responsabilizar a la persona y no a los efectos o síntomas del trastorno, el deber rige a un profundo análisis y descubrimiento de la raíz del problema.

 

 

 

 

Referencias

Arancibia, M., & Behar, R. (2015). Alexitimia y depresión: evidencia, controversias e implicancias. Rev Chil Neuro-Psiquiat, 24-34.

Arreaga, I., Galindo, P., Alfaro, A., Martínez, M., Pivaral, M., & Cho, P. (2017). Depresión y ansiedad en adolescentes de Santa Rosa, Guatemala. Revista Ciencia, Tecnología y Salud, 273.

Fernández-Montalvo, J., & Yárnoz, S. (1994). Alexitimia: concepto, evaluación y tratamiento. Psicothema, 357-366.

Martínez, F., & Montero, J. (2002). Sesgos cognitivos en el reconocimiento de expresiones emocionales de voz sintética en la alextimia. Psicothema, 344-349.

M’Uzan, d. (1974). Psychodynamic mechanisms in psychosomatic symptom formation. Psychotherapy and Psychosomatics, 103-110. http://www.jstor.org/stable/45114250

Posse, M., Hällström, T., & & Backenroth-Ohsako, G. (2004). Predictores psicosociales de alexitimia estudiados durante un período de 12 meses en una población femenina de «no casos». The European Journal of Psychiatry Edición en Español, 133-141.

Sánchez, F. (1996). Adaptación española de la escala de Alexitimia de Toronto (TAS-20). Obtenido de Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid: https://elibro.net/es/ereader/unis/14253?page=1

 

[1] Peter Sifneos fue pionero en la psicoterapia a corto plazo y también de la medicina psicosomática.

 

[2] Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders Fifth Edition

[3] Clasificación Internacional de Enfermedades 11ª, edición

[4] Guía Latinoamericana de Diagnóstico Psiquiátrico

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