Solidaridad a distancia: el deseo de servicio de los alumnos UNIS se mantiene a pesar del distanciamiento social

Los alumnos de la Universidad del Istmo tienen cada año la oportunidad de completar sus créditos académicos con acciones solidarias. Así, los años de estudio y de práctica profesional se ven enriquecidos por el servicio a los demás. Los alumnos colaboran en diversas fundaciones y dedican parte de su tiempo a hacer voluntariado, trabajo social o acompañamiento.

“Una de las muchas experiencias que tuve en las actividades solidarias que nunca olvidaría fue la vez que le dibujé un pez a un abuelito. A pesar de que me esforcé haciéndolo, no me gustó mucho. ¡Pero a él le encantó! Me pidió que lo fotocopiáramos para que sus compañeros lo pintaran también. Lo que más me marcó en las actividades solidarias fue el agradecimiento y felicidad de las personas a las que le llevábamos las actividades”, explica Mary Grace Ha-Eun Salazar Jung, quién estudia la licenciatura en Diseño Industrial de Vestuario.

Explica la Lcda. Marcia García, Coordinadora de Proyectos y Acciones Solidarias, que estas acciones tienen el fin de ser un servicio a la sociedad y al mismo tiempo contribuir  a la formación integral de los alumnos y fortalecer en ellos el espíritu de servicio, la solidaridad y la cooperación al bien de la sociedad. “Le permiten al estudiante contribuir a paliar las carencias que tienen tantas personas en el país”, comenta la Lcda. García. 

Este año, debido a la pandemia del COVID-19, los alumnos no podrán visitar físicamente las fundaciones por lo que desde se han propuesto realizar manuales que servirán como  guía o apoyo para que los alumnos que participen en acciones solidarias tengan conocimiento sobre qué tipo de actividades lúdicas y didácticas pueden realizar en las distintas fundaciones cuando ya se pueda ir físicamente. Se trata de cuatro manuales que abarcan gran parte del voluntariado que se hace con fundaciones desde UNIS: manual del voluntario de niños, el de adultos mayores, el de capacidades diferentes y el de enfermos.

“Para cada manual se hicieron grupos de trabajo con los alumnos que están inscritos en cada uno, y cada uno de los grupos está coordinado por una alumna de psicopedagogía. Las psicopedagogas se han encargado de desarrollar las actividades lúdicas (recreativas y educativas), que comparten con el resto de estudiantes una vez al mes para que ellos se encarguen de desarrollar el material que se enviará a las fundaciones cada dos meses”, comenta la Lcda. García. 

Marcela Sabrina Quixchan Viñals, alumna de Administración de Empresas, explica cómo las acciones solidarias y el apoyo en la realización de estos manuales ha sido para ella una oportunidad de aportar su granito de arena. “Desde pequeña mi mamá me ha inculcado el interés por la situación de mi país.  Hay cosas que hacemos y creemos que no tienen mucho valor o que son de poca  importancia, pero para otras personas pueden ser algo muy especial”, explica Sabrina. Además, a ella le motiva el saber que su liderazgo en estas acciones solidarias puede motivar a otras personas a que se decidan a ayudar.

Por su parte, Mary Grace explica que ha descubierto que la felicidad no se encuentra en uno mismo, sino que en las personas que nos rodean. “Lo que me motiva a ayudar a las fundaciones es el amor al prójimo que me han inculcado desde pequeña mis familiares, creo que ayudar a los demás es una de las claves más importantes para vivir felices y satisfechos de las obras que realizamos”, concluye Mary Grace.

Estas acciones solidarias son una muestra más de la formación integral que la Universidad del Istmo ofrece a sus alumnos. Además, facilitan a los alumnos la consecución de competencias profesionales y personales, necesarias para colaborar positivamente en la configuración de una sociedad, a la medida de la dignidad de la persona. “Es el medio por el cual la Universidad del Istmo busca transmitir su lema, saber para servir, que es el pilar fundamental de la universidad”, explica la Lcda. de García.