Los tres ingredientes UNIS que llevaron a Brayan Ramírez al éxito en el mundo culinario: Enfoque humano, números y pasión
Para explicar su vocación culinaria, Brayan Ramírez, quien ha cerrado pénsum y está pronto a graduarse de la Licenciatura en Gastronomía, debe remontarse a su infancia. “Tengo pasión por la cocina desde pequeño, recuerdo que detrás de mi vocación hay muchas historias de mi niñez: el momento en el que más paz había era en el momento de comer. Esos momentos me llamaban a tener una mejor relación con todos. Aprendí de mi abuela, ella era famosa en donde vivía porque cocinaba delicioso. Todos los años cocinábamos bastante, para fechas como Año Nuevo, y siempre nos guiamos por la tradición culinaria guatemalteca, yo crecí comiendo eso. Ahí empecé”, cuenta Brayan.
Como otros con su sueño, pensó que sus pasos debían dirigirse a Europa para formarse; sin embargo, al evaluar el programa de estudios que la Universidad del Istmo (UNIS) ofrecía dentro de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (FCEE) supo que podía seguir su vocación sin dejar su hogar. “Mi sueño era estudiar en Europa, pero cuando vi el pénsum que tenía la universidad, noté que era bastante completo, incluso ofrecía más elementos. Lo vi como una oportunidad y, en verdad, fue muy fructífero, pues la carrera también cubre necesidades empresariales. Además, es amplia pues también tenía clases de Administración, Mercadeo, Barista, Barman, todo lo que engloba ser un gastronómico, no solo un chef”, explica Brayan, quien cerró pénsum de estudios en 2020.
Gracias a las prácticas profesionales que realizó como estudiante, pudo ingresar pronto al campo laboral gastronómico del país. Luego de realizar prácticas en la chocolatería Zürich, Brayan aplicó con éxito a un puesto de trabajo y se desarrolló, entre 2018 y 2019, como gerente de producción. “Me dieron la plaza luego de haber hecho mis prácticas profesionales de repostería ahí. Estuve con 30 personas a mi cargo, me especializaba en el desarrollo de la producción diaria, pedidos especiales, entre otras cosas, hasta que terminó mi contrato con ellos en febrero de 2019”, explica este alumno destacado.
De la misma forma tuvo un acercamiento con Muriel, empresa especializada en postres gourmet, en donde hoy es gerente de investigación y desarrollo. “Desde mi puesto estoy a cargo de la innovación, los procesos de producción y el mercadeo. Además, me encargo del foodstyling y de la fotografía”, cuenta Brayan, quien ingresó a la empresa gracias a sus últimas prácticas profesionales de la licenciatura, en donde logró conocer sus talentos culinarios.
[unis_image_carousel source=»media: 50930,50929,50928,50933,50932,50931″ limit=»12″ slides_style=»photo» controls_style=»light» crop=»none» align=»center» max_width=»70%» captions=»yes» dots=»no» autoplay=»2″ image_size=»medium_large»]Para Brayan, hay tres aprendizajes de la UNIS que hoy lo hacen ser un profesional exitoso. “Primero, el enfoque humano de la UNIS. Me ayuda a saber que, si yo quiero que algo salga bien en la empresa, tengo que velar porque los trabajadores estén bien y actuar siempre de una forma correcta. Segundo, los números mandan. Me dejaron muy claro que muchos sueños podemos tener, pero si no tenemos números en esos sueños, no nos funcionan. Está el lado imaginable y el lado asequible, los costos y el lado numérico nos dan la pauta de qué tan real puede ser un plan. Tercero, es que sin pasión no hay éxito”, afirma este culinario comprometido con su labor.
Para el futuro, Brayan tiene planes de que su emprendimiento personal crezca. Por el momento, aún es un sueño que se ha concretado a pequeña escala. “Mi miniproyecto se llama Statum. Brindo asesorías completas en áreas de mercadeo, innovación, desarrollo e implementación en áreas de producción a empresas de alimentos y bebidas”, comenta.
Para él, el éxito también necesita de tiempo, empeño y convicción. “Creo mucho en lo que estoy haciendo y pienso que eso es algo que nos inculcaron mucho en las clases de cocina. Ese creo que también es el éxito de los platos de las abuelitas: la pasión y el amor que le ponen a ese arte. Lo veo como una pasión y como una forma de vida”, finaliza.