Por qué deberíamos hablar de arte en las aulas
Los seres humanos están naturalmente atraídos a la belleza, a admirar aquello que, por más que se intente, no suelta la propia atención e invita a saber más, a buscar la verdad. ¿Y cuál es el lugar donde más se ensancha la mente para encontrarla? Las aulas, donde hablar de arte es una necesidad.
“Ninguno de nosotros puede vivir sin belleza. Es como si nos forzaran a no conocer la música, no cantar en la ducha, no admirar una obra o abstenernos del buen cine. Sería una tortura”, sostiene el magíster Aldo Bianchi, director del Museo UNIS Rozas-Botrán (MURB). Según él, el arte es imprescindible en la educación porque fomenta una formación integral de los estudiantes y les permite ver más allá de lo obvio, además de cultivar sus conocimientos culturales.
En Guatemala hay cada vez más esfuerzos para tender puentes entre la belleza y la academia. Uno de ellos es el congreso de “Educación por el arte sí: en las aulas”, que cada año desde 2017 busca crear consciencia sobre cómo la belleza está presente en las cosas pequeñas para un ojo despierto, así como la necesidad de transmitirla a otros, en este caso a través de la educación.
“Se suele ver el arte como una disciplina secundaria y muchas veces es porque creemos que no tenemos talento como artistas. En realidad, todos lo somos potencialmente. Quizá nos falte perfeccionar técnicas, pero estamos llamados a ser creadores de lo bello”, explica la organizadora del congreso, Flor María de Armas. “Transmitir este mensaje en la clase no solo puede facilitar el aprendizaje y mejorar las estrategias didácticas, sino que permite a los estudiantes ser más creativos y buscar llegar a más”, añade.
El MURB impartió una conferencia en este congreso sobre cómo aprovechar los museos como una herramienta para mejorar el aprendizaje en clase. En ella no solo concilió ambas disciplinas, sino que propuso maneras creativas para “sellar” los conocimientos adquiridos en todas las asignaturas a través de la admiración de las obras artísticas.
Además, despertó las habilidades de los docentes al darles un taller sobre grabado. Según la organizadora del congreso, este generó buenas impresiones porque se desvaneció el mito de que para ser artista se necesitan muchos recursos y brindó ideas para replicarlo en clase con los alumnos.
“El arte es también evidencia, como un papel en blanco donde el autor retrata también cómo se vive en su época, qué materiales hay disponibles, qué hay en las calles, cómo se desarrolla la técnica en su contexto”, cuenta la licenciada Dámaris Mejia, coordinadora del MURB. “Eso da a los docentes maneras alternativas de explicar contextos históricos a sus alumnos sin limitarse a encerrar el conocimiento en un pizarrón”, concluye.
El MURB tiene el compromiso de contribuir con la educación no solo de los estudiantes de la Universidad del Istmo, sino de todos los alumnos de cualquier nivel formativo en Guatemala. Para enterarte de sus actividades de 2024 (y anotarte a ellas) puede seguirlo en Instagram como @murbgt